Sepulcro de don Bernardo de Agén

Catedral, girola. El obispo D. Bernardo.

Este fue el primer obispo de Sigüenza, después de tomada a los moros. Parece que había nacido en Agen, Francia, hoy capital del departamento del Maine sur Loire, hacia el año 1080 y que, muy joven aun, vino a España traído por el otro D. Bernardo, monje de Cluni, consejero de Alfonso VI, que había sido primero abad de Sahagún y luego, al reconquistarse Toledo, había ocupado su silla arzobispal. Debieron acompañarlo un hermano, Pedro, que fue obispo de Palencia, y un tío, Pedro también, que lo fue de Segovia. Del mismo modo se supone que debió venir una hermana, Blanca, que casó aquí con un Sancho de Peñaranda y que fue señora de Moratilla y de Séñigo.

El primer beneficio que disfrutó en España fue el de cantor o chantre de Toledo, de donde ya pasó, en 1121, a ser consagrado obispo de Sigüenza, aun no conquistada, y capellán y cancelario de Alfonso VII, haciendo su entrada triunfal como obispo y como caudillo en la capital de su diócesis el día 22 de Enero de 1124, cuando ya para siempre, quedó en poder de los cristianos, recibiendo como donación real el señorío de su territorio y colocando su cruz, a modo de las actuales banderas, en las almenas de la fortaleza.

Desde entonces tuvo que dedicar toda su actividad a la defensa y reconstrucción de la ciudad, cuya posesión no estaba aun muy segura, y a organizar el culto. El fue quien hizo abrir los cimientos de la primitiva catedral y constituyó su cabildo en convento, bajo la regla de San Agustín, con la aprobación del Papa Eugenio III, dada por bula de 1150. Parece que asistió al Concilio celebrado en Reims para combatir el cisma provocado por el antipapa Pedro de León (Anacleto, I, 1), y a los españoles de Palencia, Camón, Burgos, León y Valladolid, así como al acto de tomar Alfonso VII la corona imperial en León el 26 de Mayo de 1135. Durante este reinado fue una de las figuras más salientes de la política, la milicia y la clerecía, recibiendo grandes mercedes de sus soberanos y las alabanzas de los Pontífices, especialmente de Inocencio II. Murió en Huerta Hernando el 14 de Enero de 1152, de donde más tarde fue traído el cadáver a la capilla de San Agustín en la catedral de Sigüenza, y permaneció allí hasta que al hacer la obra del trascoro se le trasladó al lugar que hoy ocupa, poniéndosele la siguiente leyenda, que por expresa comisión del cabildo compuso su deán, D. Rodrigo de Miranda:

«AQUÍ YACE D. BERNARDO, NATURAL DE LA CIUDAD DE AQUINO, DEL REINO DE FRANCIA, CAPISCOL DE TOLEDO, Y DESPUÉS QUE ESPAÑA SE RESTAURO DE LOS MOROS, CUANDO EL REY DON RODRIGO LA PERDIO, FUÉ EL PRIMER OBISPO DE SIGÜENZA. ENNOBLECIO Y CERCO ESTA CIUDAD. REEDIFICO Y BENDIJO ESTA IGLESIA EN EL DÍA DE SAN ESTEBAN, DEL ANO 1123. INSTITUYO EN ELLA PRIOR Y CANONIGOS REGLARES DE SAN AGUSTÍN. HÍZOLES DONACION, CON OTROS MUCHOS, DE LOS DIEZMOS DE ESTA CIUDAD, SIENDO SUMO PONTÍFICE CALIXTO SEGUNDO, REINANDO EN CASTILLA Y LEON D. ALFONSO VII, EL QUE FUÉ LLAMADO IMPERADOR. EN ESTA ERA ESTABA DE LA OTRA PARTE DEL TAJO OCUPADA DE. MOROS, Y POR TRADICION ANTIGUA SE REFIERE QUE ESTE PRELADO FUÉ A LA GUERRA Y DEJO ORDENADO QUE SI EN ELLA MURIESE LE TRAXESEN A ESTA IGLESIA Y EN ELLA LE ENTERRASEN EN LA FORMA QUE LO HALLASEN MUERTO. FALLECIO SIENDO ELECTO ARZOBISPO DE SANTIAGO, AÑO DE 1143. HALLOSE EN SU ANTIGUO SEPULCRO LA CABEZA AL ORIENTE, Y DE LA MISMA MANERA SE TRASLADO Y PUSO AQUÍ EN EL ANO 1598, SIENDO PONTÍFICE CLEMENTE VIII, REINANDO EN ESPAÑA D. FELIPE III DE ESTE NOMBRE, SIENDO OBISPO Y SEÑOR DE ESTA CIUDAD D. FR. LORENZO DE FIGUEROA Y CORDOBA, Y EN ESTE MISMO AÑO SE ACABO LA OBRA DE ESTE TRASCORO».

Los Sres. Perez Villamil y Mingella hacen notar los muchos errores que el deán Miranda cometió en esta inscripción, pues ni Agen pertenecía en tiempos del obispo Bernardo al reino de Francia, ni éste consagró la iglesia de Sigüenza en 1123, ni murió en 1143, ni consta que fuera electo arzobispo de Santiago, a más de otras equivocaciones de menos bulto. 1.a estatua, que es lo que aquí interesa, es una obra bastante aceptable que parece haber sido labrada en los últimos años del siglo XV. Fisto lo comprueba también el Sr. Pérez Villamil, pues aunque en el texto de su obra se ocupe tan sólo del personaje histórico y del lugar en que primero fue sepultado, en el índice de artistas que pone al final de su libro dice: «1499. -Martín de Lande. -Hizo la estatua de D. Bernardo que hay en el sepulcro de este obispo», y como el Sr. Villamil ha debido hacer esta afirmación con documentos a la vista, no creo que pueda caber hoy la menor duda sobre el autor y tiempo en que se labraron estas esculturas. Tampoco contradice esto la fecha que pone la inscripción, que sólo se refiere a la de la traslación de los restos, con los que muy bien pudieron trasladarse al mismo tiempo la estatua y relieves que hubiera en la sepultura anterior. Estos relieves, que llenan el fondo del nicho, representan un finísimo Calvario, de proporciones elegantes y ejecución muy cuidada, y dos ángeles en los extremos, mucho mayores y más pesados, mostrando el uno la cruz y el otro el cáliz. Por bajo de la estatua, que también se ha colocado de canto, como era frecuente entonces, corre una arcatura ojival, terminada en sus extremos por dos escudos, y debajo se lee, en letra gótica: «el obispo don bernardo», y junto a ésta, otra inscripción en dos renglones y en los mismos caracteres que dice «su madre de obispo don bernardo».

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