Los carteles art decó del Patronato Nacional del Turismo en 1929 para promocionar España en el extranjero

El franquismo no inventó el turismo. La red de Paradores existía antes de que Franco se subiera al Dragon Rapide (el primero abrió sus puertas en la sierra de Gredos en 1928). El lema “Spain is different” ya aparece en un cartel promocional impreso durante la Segunda República Española en 1934 y no salió de ninguna mente preclara del Ministerio de Turismo de Manuel Fraga. Lo que para muchos expertos es una obviedad, sigue estando presente en la conciencia colectiva de los españoles. No obstante, el mito más extendido es reconocer al Ministerio de Turismo de Franco y a sus organismos dependientes el desarrollo, por vez primera, de una política de ordenación y planificación turística en el contexto del desarrollismo caótico y depredador de los años 60.

Debemos reconocerle ese mérito al Patronato Nacional del Turismo (creado por Real Decreto con fecha de 25 de abril de 1928 en plena dictadura de Primo de Rivera), dedicado por vez primera a la gestión de alojamientos, formación de profesionales, publicaciones, centros de información internacional y nacional, elaboración de estadísticas, gestión monumental y propaganda. España y sus sucesivos gobiernos de todo sesgo venían intentando emular la exitosa promoción turística de los países pioneros (Francia, Italia y Suiza) desde finales del siglo XIX a través de diversos organismos.

Antecedentes

Aunque el Patronato Nacional de Turismo fue la institución con un programa más amplio para la promoción, protección y conservación del matrimonio español, no fue la primera institución creada con este fin en la historia de España. El honor le corresponde a la Comisión Nacional de Turismo (1905-1911) creada por Álvaro Figueroa y Torres, conde de Romanones, a la sazón ministro de Fomento de aquel entonces. Sus funciones incluían fomentar las excursiones artísticas y de recreo de España a los visitantes extranjeros y convertir este sector emergente en una nueva forma de ingresos para el estado. En su corta existencia, este organismo público se centró en proyectos relacionados con la infraestructura turística del país, con la creación de material informativo (itinerarios y guías para los turistas).

Su sucesora fue la Comisión Regia de Turismo (1911-1928), que promocionó el turismo con diferentes estrategias: la producción de carteles promocionales, la fundación de la Agencia de Turismo de París en 1926 y la promoción directa del país en América y Europa para acercar nuestra cultura y patrimonio a los países potencialmente emisores (EE.UU., Alemania, Francia, Reino Unido, etc.).

El Patronato Nacional de Turismo y sus carteles promocionales

Confrontado con la obligación de promocionar no una, sino dos exposiciones universales en España -la Exposición Iberoamericana de Sevilla y la Exposición Internacional de Barcelona-, el ejecutivo de Primo de Rivera se vio en la necesidad de crear un organismo dedicado a consolidar una organización sistemática del turismo nacional en varios aspectos: desde el acondicionamiento de los alojamientos (la creación de la red de Paradores fue uno de sus principales éxitos), hasta los medios publicitarios y de propaganda, un aspecto en el que tuvo mucho que decir la relevante labor de los cartelistas, que supieron huir de los estereotipos costumbristas más rancios y plasmar el importante patrimonio etnográfico, monumental y natural del país, al contrario de lo que sucedió con los carteles de Iberia.

Durante la primera campaña de 1928-1929, el Patronato editó veinticinco carteles promocionales con monumentos y paisajes firmados por grandes artistas del país: Penagos, Sánchez de Tejada, Loygorri, Juan Miguel Sánchez, etc., distribuidos en cuatro idiomas: español, francés, inglés y alemán.

El Patronato Nacional del Turismo tuvo su propio pabellón en la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929. Fue decorado para la ocasión con los diferentes carteles que representaban cada una de las provincias españolas. Los responsables de las correspondientes subdelegaciones del Patronato trabajaron arduamente para que las capitales fueran representadas por los principales pintores y dibujantes españoles.

Éstos aceptaron los encargos conscientes de la importante trascendencia que podrían adquirir sus obras entre la crítica y el público (exposure que lo llaman hoy en día). No obstante, cada uno de ellos recibió una remuneración de quinientas pesetas por cada cartel. Asimismo, un jurado, compuesto por los artistas Gustavo Bacarisas, José Francés y el historiador y crítico de arte Ángel Vegue y Goldini, seleccionaría los cinco mejores, que obtendrían un premio de mil pesetas. compuesto. En virtud de su fallo, los artistas galardonados con el primer premio fueron Juan Miguel Sánchez (por el cartel de Sevilla) Josep Renau (por el cartel de Baleares), Federico Ribas (por el cartel de Barcelona), Carlos Sáenz de Tejada (por el cartel de Córdoba) y Ricardo Verdugo Landi (por el cartel de Málaga). Los artistas que consiguieron una mención especial del jurado fueron Rafael de Penagos (por su cartel de Ávila), Alfonso Castelao (por su cartel de La Coruña), Aristo Téllez (por su cartel de Palencia), Antonio de Guezala (por su cartel de Vizcaya) y Roberto Baldrich (por su cartel de Toledo). Muchos de los carteles que se expusieron en el pabellón del Patronato Nacional del Turismo fueron reproducidos en masa debido a su espléndida factura y protagonizaron una de las campañas de promoción más hermosas jamás ejecutadas para el turismo español. Sin embargo, otros carteles fueron desestimados por el jurado.

Todos los carteles están inspirados por la corriente art decó, que dominaba el arte en la época, y por el trabajo de los cartelistas franceses de la edad de oro del cartel europeo (1889-1920), entre los que destacan Cassandre, Hugo D´Alesi, Paul Colin y Rogers Broders.

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¿Y qué fue del Patronato Nacional de Turismo? Disuelto tras la proclamación de la Segunda República en abril de 1931, fue restablecido en diciembre de 1931 y su actividad continuó durante la Segunda República (1931-1939), aprovechando el material producido durante el período anterior (1928-1931) que había quedado almacenado en oficinas y almacenes. Eso sí, las nuevas autoridades se aseguraron de que todo el material llevase el sello de la República Española justo sobre la imagen de la corona del escudo original del PNT. En la actualidad quedan muy pocos ejemplares del material editado durante este período, dado que en 1939 el nuevo régimen se empleó a fondo para destruir cualquier objeto con referencias republicanas.

En 1936, el Patronato Nacional de Turismo fue integrado en el Ministerio de Propaganda de la República, donde su actividad se centraría en denunciar los daños ocasionados al patrimonio histórico por las tropas del bando sublevado. Por esa razón, en 1939 fue disuelto por las autoridades franquistas, que en 1938 crearon un nuevo organismo para sustituirlo: la Dirección General del Turismo, una institución que, en los primeros años de postguerra, dependía de la Vicesecretaría de Educación Popular y que, tras las creación del Ministerio de Información y Turismo, en 1951, pasaría a integrarse en éste con una posición privilegiada. Proseguiría la labor publicitaria y promocional del Patrimonio Nacional de Turismo con otras series de carteles, pero eso ya es otra historia.

Fuentes

Instituto de Estudios Turísticos (carteles)

LÁZARO SEBASTIÁN, Francisco Javier. El cartel turístico en España. Desde las iniciativas pioneras del Patronato Nacional del Turismo hasta los comienzos del desarrollismo. Artigrama, núm. 30, 2015, pp. 143-165. ISSN: 0213-1498.

HERRERO RIQUELME, Rocío. El cartel como instrumento de promoción en los inicios del turismo español (1900-1936). En línea: https://idus.us.es/bitstream/handle/11441/53088/herrero-riquelme.pdf;jsessionid=E359B6BD5D119C00B9FAEB340F7AAFBA?sequence=1&isAllowed=y

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