Category Archives: Cronicón

[Artículo] El cólera y la política, de Benito Pérez Galdós

Invadida por el cólera morbo gran parte de nuestra península, estamos presenciando las cosas más peregrinas y estrambóticas en materia de precauciones. En algunas localidades toman tan en serio los cordones y lazaretos, que se cometen verdaderas crueldades con los infelices viajeros; en otras fumigan de tal suerte, que al que le toca se asfixia sin remedio o coge una bronquitis crónica.

[Artículo] Pánico colectivo, de Benito Pérez Galdós

Bien quisiera cumplir lo ofrecido al terminar mi última crónica. Anunciaba en ella que tal vez en la presente hablaría de cosas agradables, para desvanecer la mala impresión de las tristes nuevas de que vengo ocupándome meses ha. Pero seguimos de malas, como vulgarmente se dice, y tras una desgracia viene otra, y el cólera no nos deja vivir, invadiendo ciudades y campiñas con aterradora prontitud.

[Artículo] Un viaje real, de Benito Pérez Galdós

De la noche a la mañana ha surgido una cuestión grave, que se roza con lo sanitario y lo político. El viaje del Rey a Murcia va a ser un hecho, conforme ha manifestado resueltamente don Alfonso en el Consejo de ministros de ayer. Tal era el tema de todas las conversaciones anoche, y continúa siéndolo hoy. Los ministros se oponen con tenacidad, el Rey insiste, y probablemente el Rey triunfará, y el viaje será un hecho.

[Artículo] La especulación del miedo, de Benito Pérez Galdós

En estos días nuestra capital se halla agitada por una cuestión importante que apasiona todos los ánimos. ¿Hay cólera aquí? El Gobierno dice que lo hay, y lo sostiene en las columnas de ese evangelio oficial que se llama Gaceta; y el vecindario en masa sostiene que no lo hay. Los tres, cuatro o cinco casos que aparecen diariamente consignados en la estadística sanitaria, son calificados por el vulgo de insolaciones, tisis senil o tal vez de dolencias de carácter filoxérico.

[Artículo] El mal tiempo y otros asuntos, de Benito Pérez Galdós

No se crea que hablo hoy del tiempo por no tener, como en las visitas acontece, temas substanciosos de que ocuparme. Asuntos hay de no poco interés, y a ellos voy; pero quiero consagrar a los fenómenos meteorológicos algunas lineas, aunque no sea, sino como protesta contra la insufrible primavera de agua, fríos, hielos, granizos y aún nieves, con que ha querido probar nuestra paciencia el cielo despiadado.