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Sepulcro de D. Fernando de Arce, obispo de Canarias
Ya he dicho, al ocuparme del sepulcro de D. Martín Vázquez de Arce y los de sus padres y abuelos, que creo que aquí en Sigüenza hay un grupo de obras de muchísimo interés, no sólo por su inspiración y su belleza, sino por marcar paso a paso y con perfecta claridad todo el proceso de la evolución de una escuela que, partiendo del gótico florido, va a terminar en el primer plateresco.
Sepulcro de don Fernando de Luján
En la capilla parroquial de San Pedro y encima del arco que da entrada al bautisterio se encuentran empotrados en el muro los restos que hoy quedan del sepulcro de D. Fernando de Luján, obispo de Sigüenza y fundador, por los años de 1450 a 60, de la primitiva capilla del Corpus Christi, emplazada en este mismo sitio que vino a ocupar después la de San Pedro. Estos restos se reducen hoy a la yacente, adosada de canto a la pared, y tres relieves con escenas de la vida de Santa Catalina, colocados encima.
Sepulcro de don Bernardo de Agén
Este fue el primer obispo de Sigüenza, después de tomada a los moros. Parece que había nacido en Agen, Francia, hoy capital del departamento del Maine sur Loire, hacia el año 1080 y que, muy joven aun, vino a España traído por el otro D. Bernardo, monje de Cluni, consejero de Alfonso VI, que había sido primero abad de Sahagún y luego, al reconquistarse Toledo, había ocupado su silla arzobispal.
Sepulcro de D. Juan González Monjua y D. Antón González.
Es sumamente rara la disposición de este sepulcro, donde están enterrados un tío y un sobrino, los dos maestrescuela de esta catedral. Sobre una cama o urna, con un escudo en el frente sostenido por dos ángeles, reposa la estatua de D. Juan González Monjua, y formando un ángulo con ella, empotrada por el dorso en el testero, la de su sobrino D. Antón González, y como ambas son muy semejantes, incluso en sus deterioros, parecen la una reflexión de la otra vista en un espejo.
Sepulcro de don Fernando de Montemayor
D. Fernando de Montemayor, fundador de la capilla de la Anunciación, hoy de la Concepción, donde está su enterramiento, fue provisor de Sigüenza en 1491, cargo que, según el Sr. Pérez Villamil, había ejercido Cisneros. En 1493 fue promovido al arcedianato de Almazán, siendo, además, del Consejo del Rey y de la General Inquisición, según se lee en dos lápidas que aun existen a ambos costados del arco de ingreso, referentes a la fundación de la capilla y a las indulgencias concedidas por el Papa León X.
Mausoleo de don Fadrique de Portugal
Fue este D. Fadrique un descendiente de las casas reales de Portugal y de Castilla, que primero fue obispo de Calatrava, donde sucedió al cardenal D. Jaime Sierra, pasando en 1508 a la diócesis de Segovia, que ocupó hasta el 20 de enero de 1512, en que fue promovido por Julio II a la de Sigüenza. Aquí permaneció hasta 1532, en que fue nombrado arzobispo de Zaragoza, puesto que desempeñó hasta su muerte, ocurrida en 1539.
Sepulcro de don Juan Ruiz de Pelegrina
Dice el Sr. Pérez Villamil que este sepulcro, que debió labrarse sobre 1501, era primitivamente exento y estaba colocado en el centro de la capilla de San Marcos, fundada por este D. Juan Ruiz Pelegrina, y que luego más tarde, en 1534, por acuerdo del cabildo, fue mudado al lugar que hoy ocupa, en el muro de la Epístola, no sin detrimento de la estatua y de la obra toda, que desde luego hubo que adaptar a una disposición diferente de la que le diera el autor.
Sepulcro de don Martín Vázquez de Arce (el Doncel de Sigüenza)
Esta es la celebrada estatua de D. Martín Vázquez de Arce, seguramente la más hermosa entre todas las que encierra la catedral de Sigüenza, y una de las más sentidas, más inspiradas y más delicadamente bellas de cuantas ha producido el arte de Castilla en toda su historia, pudiendo soportar ventajosamente la comparación con las mejores creaciones de la plástica cristiana universal.