Category Archives: Benito Pérez Galdós
[Artículo] Don Ramón de la Cruz y su época, de Benito Pérez Galdós
Es el siglo décimoctavo en nuestra historia una de las épocas de más difícil estudio. La confusión, la heterogeneidad, el carácter indeterminado con que se manifiestan sus principales hechos, la pequeñez relativa de sus hombres, son causas de que no se muestre accesible á la investigación, ni se preste á una síntesis clara.
[Artículo] El estudio de Galdós, de Emilia Pardo Bazán
Antes que el autor de La Desheredada traslade al palacete que construye en Santander el mobiliario de su estudio madrileño, quise ver el lugar donde tantas cuartillas trazó la mano del gran novelista, y donde han corrido tantas horas de su vivir. Conocía el estudio por una magnífica fotografía de Laurent; pero nada equivale á la vista de los ojos, como dicen en mi tierra.
[Documento] Liquidación testamentaria de Benito Pérez Galdós
D. José Alcain y López de Ontanar, mayor de edad, casado, abogado, con domicilio en la calle Hortaleza 85 2.º de esta Corte y provisto de la correspondiente cédula personal que exhibe, en concepto de Albacea y contador testamentario del Sr. D. Benito Pérez Galdós (q. e. p. d.) en la forma y con la debida consideración, expone: que el expresado Sr. falleció en esta Corte el día 4 de enero del corriente año, según acredita la certificación de defunción que acompaño, y bajo el testamento que había otorgado el día 14 de Marzo del año anterior, ante el notario D. Félix Rodríguez Valdés…
[Artículo] Navarro Ledesma, de Benito Pérez Galdós
Venimos a la conmemoración de Navarro Ledesma con el propósito de añadir a las honras académicas la ofrenda de nuestros corazones; queremos transmitir, así a las lejanías de ultratumba como a las esferas próximas y a toda la generación viva, los testimonios del cariño que profesábamos al grande ingenio, al hombre bueno y afable, cuya amistad fue una de las pocas flores que han embellecido y alegrado nuestra existencia.
[Libro] Pérez Galdós en Santander, de Benito Madariaga
No pensó seguramente Galdós aquel verano de 1871, en que vino por primera vez a Santander, que terminaría siendo vecino y asiduo visitante de la ciudad. Tenía entonces veintiocho años cumplidos. No sabemos con exactitud los miembros de la familia que le acompañaron. Por entonces su hermana Carmen, de cuarenta y uno, estaba casada con José Hermenegildo Hurtado de Mendoza y estuvo en Santander en diversas ocasiones, sobre todo a raíz de quedarse viuda. Es más seguro que le acompañaran su otra hermana Concha, soltera de treinta y tres años y su cuñada Magdalena, viuda que contaba a la sazón con cuarenta y dos, que compartía con ellos los veranos en Santander y por la que el novelista sentía un gran afecto.
[Libro] Galdós en la hoguera, de Benito Madariaga
Aun contando con la aceptación general y la simpatía despertada en su tiempo, Pérez Galdós no se libró de una campaña organizada en contra suya, que le presentó como un escritor anticlerical y republicano, dos aspectos de su vida que se han mantenido como un prejuicio, junto a la imagen estereotipada de ser un autor prolífico y de estilo descuidado. La televisión y el teatro, al representar o adaptar sus obras, han provocado, actualmente, un acercamiento del público al novelista y un sentimiento de curiosidad hacia su creación literaria. Sin embargo, la mayoría de los españoles ignora las dificultades por que pasó en sus últimos años: enfermo, ciego, lleno de deudas, solo e injustamente preterido cuando fue presentado a la Real Academia y al Premio Nobel.
[Libro] Galdós en la pantalla, de varios autores
La contribución de Pérez Galdós al cine está, sin duda, mejor estudiada que la influencia de este procedimiento artístico en la obra literaria de los últimos años del escritor. Parece lógico que así sea, si tenemos en cuenta que la primera proyección cinematográfica en España tuvo lugar en 1896 y el escritor falleció en 1920. Aunque son bastantes años de diferencia, debemos considerar que constituyeron los primeros de aquel nuevo arte y los últimos del anciano escritor que, por añadidura, terminó ciego.
[Documento] Expediente académico universitario de Benito Pérez Galdós
El 63 o el 64—y aquí flaquea un poco mi memoria—mis padres me mandaron a Madrid a estudiar Derecho, y vine a esta Corte y entré en la Universidad, donde me distinguí por los frecuentes novillos que hacía, como he referido en otro lugar. Escapándome de las Cátedras, ganduleaba por las calles, plazas y callejuelas, gozando en observar la vida bulliciosa de esta ingente y abigarrada capital.